En la entrada de La Sacramental nos espera Ana, nuestra guía, ella es la encargada de descubrirnos una ventana repleta de curiosidades, de que pase la luz y de dejar atrás muchos de los clichés que soportan los cementerios.

Si hoy encontramos cementerios en las inmediaciones de las ciudades se lo debemos a Carlos III y a nuestros vecinos los franceses. Antiguamente se enterraban a los muertos lo más próximo a las Iglesias para alcanzar así la paz infinita. Por eso, los hombres pudientes y la nobleza enterraban a sus seres queridos cerca del altar, y el pueblo llano hacía lo que podía, también a la hora de morirse, enterrando a los suyos en las proximidades eclesiásticas. Pero las enfermedades, la  insalubridad de lo ordinariamente cotidiano y la negativa de las clases altas a perder el privilegio a la hora de encontrar el descanso eterno hicieron remover la conciencia a nuestro rey Carlos III, quien prohíbió los enterramientos  dentro de la urbe.

Pensó el monarca que nada mejor que un lugar exclusivo para enterrar a nuestros familiares; un espacio preparado y en el que únicamente se rindiera culto a la ausencia de los que ya no estaban presentes. Pero la deslumbrante idea no fue resultante hasta el reinado de José Bonaparte. “Pepe Botella” inauguraría el  que fuera el primer cementerio de  Madrid, el de Fuencarral en 1809. En la actualidad, inexistente ya que en el S. XIX se destruye para hacer otra serie de edificaciones. En 1811 comienza la construcción del camposanto que hoy visitamos; y como si fuera un juego del destino parece que ya el monte sobre el que se edifica, el “de las ánimas” parece predestinado para el recogimiento de las almas y el descanso infinito.

Este es el comienzo de la ruta por la Sacramental de San Isidro, donde se desarrolla desde hace prácticamente un año las rutas guiadas por el cementerio (también conocido como necroturismo). Muchos se echaran las manos a la cabeza y otros que también respetan a los muertos y quieren conocer la historia de éstos y la de la ciudad en cuestión, simplemente acudirán a la llamada de la curiosidad. Son muchas las ciudades que han aprovechado esta acepción del turismo para hacer negocio. Entre ellas el Monte de los Olivos en Jerusalén, el cementerio judío de Maguncia en Alemania o el de Poble Nou en Barcelona, donde podrás admirar esculturas de estilo neoclásico y en el que no puedes perderte el famoso “Beso de la Muerte”.

Aquí en Madrid, el propio Ayuntamiento presenta esta alternativa cultural como una actividad interesante. Lo que es evidente es que una vez recorres el Monte de las Ánimas, admiras  que la belleza es infinita y que hasta los difuntos son dignos de estar rodeados de ella. Piedras esculpidas, panteones con historia, intrigas familiares y muchos, pero muchísimos condes, y condesas, nobles de alta alcurnia que descansan en el que es uno de los cementerios más “románticos” de la capital. Conoceréis la historia de la cupletista conocida como “La Fornarina”,  o el por qué paso al recuerdo el cirujano Velasco, cuál fue el último regalo de un marido estremecido por la muerte de su esposa  o qué personajes célebres descansan allí.

Para poder recorrer y ser oyente de estas historias lo tienes muy fácil, únicamente tienes que mandar un emailsolicitando la visita el día que desees. Déjate llevar, no acudas con prejuicios porque estoy segura de que se desmoronarán a medida que avance la ruta. Esperamos tus impresiones en nuestros perfiles de  Facebook y Twitter. Todo lo que buscas y mucho más en El Armario de Mamá.

@delgadopozuelo

Dónde: Cementerio La Sacramental de San Isidro

Cómo: Reservando tu entrada por email a través de la web 

Cuánto: 10 euros (para niños y parados es gratuito)