Si algo envidiable tiene nuestra cocina es la cultura del tapeo. Poder disfrutar de unos ricos platos regados con unas cañas bien tiradas o un delicioso vino en buena compañía es una gozada. Uno de los locales más recomendables en Madrid para llevar a cabo esta centenaria tradición es Estado Puro (Plaza de Cánovas del Castillo).

Su artífice, Paco Roncero, discípulo de Ferrán Adría, convierte la innovación y la experimentación en el leimotiv de su trabajo. A través de la cocina de Estado Puro lleva la tapa tradicional a un nuevo concepto sin dejar el lado el sabor intenso de los fogones españoles.

Una vez allí se observa que no solo la imaginación es una virtud de sus platos, el local deslumbra con su techo abovedado, las mil peinetas blancas que lo decoran, así como el enorme mural que lo culmina. Sin duda, un ambiente muy nuestro que no se deja convencer por los clichés españoles desfasados.

El restaurante ofrece una amplia variedad de tapas frías y calientes donde no se pueden pasar por alto las patatas bravas, los espárragos tempura con salsa romescu, los buñuelos de bacalao, las croquetas de jamón o la berenjena con salmorejo.

Si después de esta degustación os quedáis con ganas de más, nada mejor que presa ibérica con chimichurri, mini hamburguesa con mostaza antigua o espaldita de cordero con puré de limón. Una exquisita manera de disfrutar del arte de la tapa que convence desde el principio y que produce ganas de repetir una y otra vez.

Estado Puro pone al alcance de todos los bolsillos la alta cocina ya que su precio medio ronda los 20-25 euros. Nunca unas tapas dieron tanta de sí, pero como no hay mejor crítico que nuestro propio paladar ¿a qué estas esperando para comprobarlo?

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¡Nos vemos en Estado Puro!

@Bego_Diaz